Trabajas o Trabajaso?


Por Eva Michalcak



Trabajas o trabajas?

"Me parece más bien que la ocupación hoy en día, vista en un contexto sociológico general, a menudo no es algo productivo, sino algo que consumimos. [...] De pronto todos gritan: Necesitamos empleo! Necesitamos empleo! Al fin y acabo, lo que le estamos pidiendo al estado es que nos ponga a disposición la mercancía 'ocupación'."

Que fuerte, no?

Es una cita del artista berlines Tino Sehgal en una entrevista del periódico alemán "Die Zeit" (http://www.zeit.de/2005/24/Sehgal_2fSloterdijk, traducción de la autora).

Se supone que trabajamos para poder consumir. Luego, en tiempos de crisis, se suelen hacer los típicos llamamientos para que consumamos para poder trabajar (te suena de algo? ;-).
Lo impactante de la frase de Sehgal es que insinúa que queremos consumir para poder consumir o también al revés: queremos trabajar para poder trabajar! Eso no cuadra de ninguna manera... al no ser que asumimos que el trabajo y el consumo son lo mismo! Pues sorpresa! La frase de Sehgal es del 2005, un año despues que, gracias al auge de la Web 2.0, hizo su entrada en el vocabulario globalizado la palabra “prosumidor”.

Lo de la Web 2.0 ya es un lugar común: Sabemos que los usuarios de Internet han pasado de ser simples espectadores a usar las cada vez más numerosas herramientas gratuitas disponibles en la red para participar de forma activa en la producción de contenidos online. La gente escribe blogs, sube fotos y videos, comenta, se relaciona con sus amigos... en breve: se divierte. Y trabaja: promociona sus trabajos, cultiva contactos laborales, usa servicios para la colaboración distribuida. Y trabaja divertiendose: Las inmensas comunidades de usuarios constituyen el capital que hace subir en bolsa los valores de empresas como Facebook, Flickr, Youtube, Twitter, etc.

Pero por lo visto Sehgal no se refiere exclusivamente a un entorno Web!
Según Marx, el modo de producción de una época no es determinado por qué o por cuánto se produce, sino por cómo se produce (estoy citando textualmente a Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Modo_de_producci%C3%B3n).

En los últimos años se está hablando mucho de la economía de la información, de la economía del conocimiento e incluso de la economía de la creatividad.
Miremos entonces un poco cómo se da esto: Gracias a (o quizás se deberia decir “por culpa de”) la globalización y la mecanización, la producción de la mercancía en si se ha abaratado y flexibilizado. Pero el producto final que venden las grandes multinacionales no es sólo una prenda o un aparato electrónico, lo que realmente se crea es una marca.

El objeto producido es sólo una parte pequeña de un conjunto de imagen, servicio e innovación. Para crear este conjunto y alcanzar la ventaja de mercado se moviliza una inmensa creatividad y todo el conocimiento disponible no sólo en las universidades y agencias de publicidad, si no también en las calles. El valor añadido que proporcionan diseños personalizados, usos derivados o experiencia con la integración con otros productos, hacen que la base de usuarios se vuelva un recurso cada vez más importante para las empresas. Mientras que en la década de los noventa nos espiaban los cazadores de tendencias para vender sus observaciones recompiladas a las empresas (que a su vez nos revendían nuestras propias ideas), hoy en día las marcas tratan de implicar al usuario directamente en el proceso de innovación. Este cambio se debe en gran parte al éxito avasallador del software libre: Las grandes empresas han entendido que de este modo se puede desarrollar un producto de excelente calidad a muy bajo coste.
A esto le llaman "crowdsourcing" (de 'crowd', muchedumbre, y 'outsourcing', subcontratación en inglés), o también innovación abierta. Por supuesto que las empresas se aprovechan de un fondo de conocimiento e ideas regaladas, pero no les sale del todo gratuito: los usuarios no vamos a ayudar a una empresa por que sí. Solo lo hacemos si nos interesa, si conseguimos una mejora que nos beneficia directamente... y también por diversión.

Sólo hay que entrar “ikea hack” en Google, para encontrar todo un mundillo que usa los productos low cost de la compañía sueca para crear objetos de diseño personalizados y mobiliario tuneado (un ejemplo: http://ikeahacker.blogspot.com/ ). Para el iPhone hay cantidades de aplicaciones programadas por bromistas que convierten este móvil un juguete de fiesta (una de muchas: http://www.youtube.com/watch?v=-j-DGrWry6k ), pero también hay ejemplos de crowdsourcing mas serios, como el de la minería de oro canadiense Goldcorp, que abrió sus datos geológicos (normalmente considerados secreto de empresa) a geólogos “hobby”, que le ayudaron con su trabajo de aficionados a descubrir los últimos yacimientos en una zona ya explotada (más info en inglés: http://www.businessweek.com/innovate/content/feb2007/id20070201_774736.htm ).

Un caso de crowdsourcing muy curioso es un servicio ofrecido por Amazon en la Web, llamado “Amazon Mechanical Turk” (más info: http://etc.territoriocreativo.es/etc/2010/01/grandes-sorpresas-en-el-trabajo-basura-en-internet-amazon-mechanical-turk.html ) que consiste en la delegación de tares mécanicas que no puede ejecutar un ordenador a trabajadores humanos. Estas tareas son por ejemplo la clasificación de imágenes por su contenido o la transcripción de texto hablado.

El dinero que se puede ganar ahí está por debajo de unos centavos de dólar por hora (http://ktulu.com.ar/blog/2010/03/23/¿cuanto-dinero-se-puede-ganar-con-amazon-mechanical-turk/ ), pero sin embargo hay gente que se deja contratar. Lo curioso es que por lo visto bastante gente que se apunta vive en países ricos y ejecuta estas tareas tontas como pasatiempos, mientras ven la tele... será que hasta trabajamos cuando nos aburrimos?!?

Sin embargo el mecanismo también funciona a la inversa.
Los ejemplos ya clásicos son el grafitero convertido en diseñador y el skater embajador de marca. Pero también entran nuevas profesiones de índole más reciente, como el blogger consultor (de moda, de tecnología, de turismo) o las compradoras compulsivas convertidas en personal shopper. Parece que el entendimiento del compromiso laboral “de por vida” (como lo conoció todavía la generación de mis padres) de parte de las empresas ha despertado por un lado un espíritu mercenario en los trabajadores como salida ante la amenaza de la precariedad, pero por otro lado también un espíritu emprendedor. Brotan las start-ups en todos los ámbitos. En una sociedad individualizada, estructurada a base de tríbus urbanas, antes que clases, cada cual trata de convertir su obsesión en profesión: el panadero ecológico, la profesora de yoga, la presentadora “tupper” de juguetes sexuales, el testeador de videojuegos, etc.
Además, las mismas estructuras que aprovechan los grandes, también están a disposición de los pequeños negocios. Las redes sociales son un canal de promoción gratuito que puede ser muy potente, si se gestiona bien. El software libre pone al alcance de cualquiera herramientas muy potentes y muchos profesionales de alta gama que se han encontrado sin trabajo por la crisis mundial ahora ofrecen su experiencia de forma freelance (vease: http://www.infolancer.net/, http://www.trabajofreelance.es/ o http://www.e-tratos.com/).

Actualmente una empresa de una o dos personas puede ofrecer servicios a la escala de una multinacional a través de Internet. Esto se da gracias (esta vez sí) a la globalización de la comunidad online: Da igual que servicio necesites, si es posible, alguien en este mundo estará más que encantado ofrecertelo por un precio accesible; cualquier infrasertuctura informática, está disponible, o gratis, o a bajo coste (y gracias al espíritu de las comunidades suele ser de buena calidad), solo hay que buscar.

Es un mundo de oportunidades y del eterno networking, del multitasking y del reciclaje. Lo que antes era una distinción clara, trabajar o consumir, en muchos ámbitos ahora sucede de forma simultanea. Intentamos trabajar, pero al mismo tiempo pasarlo bien. Nos divertimos y de paso aprovechamos para trabajar un poco. Trabajamos o nos divertimos o trabajamos o consumimos o trabajamos o trabajamos o que?